Según la historia los persas y los celtas celebraban el equinoccio de primavera regalando huevos pintados en señal de amistad. Pero fue con el cristianismo cuando se fomentó más esta tradición, ya que el Papa Julio III prohibió en el siglo XVI el consumo de huevos durante la Cuaresma y, como contrapartida, fomentó el consumo de éstos en el Domingo de Pascua, dando lugar a una fiesta en la que los niños iban a buscar este alimento.
Para conservarlos durante tan largo periodo se les protegía en cera líquida. Ésto derivó en la ornamentación de ellos con pinturas de colores y dibujos, sobre todo, los que iban a ser objeto de regalo.
Con el tiempo las severas prácticas de penitencia se fueron suavizando, pero quedó implantada la costumbre de celebrar la Pascua comiendo y regalando huevos, sobre todo en Europa del Este.
Yo ya tengo mi canastita de chocolates belgas ^.^.
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